Para ello trajo una caja de basura, la caja del asco la llamó, estaba llena de cosas asquerosas, la caja tenía cinco agujeros y los niños con los ojos cerrados tenían que meter la mano en alguno de ellos y decir que había dentro.
Algunos no se atrevieron a introducir la mano y otros pasaron verdadero asco , tanto, que hasta vomitaron un poco,pero todos pasamos un rato de risas, nervios y un poco de miedo, porque algún valiente dijo que había tocado gusanos...
Un trabajo genial, y una experiencia muy motivadora, por supuesto no había gusanos, era lana mojada, pasta cocida, globos, blandiblu y gelatina.
Qué fue lo que mas asco provocó, la gelatina que estaba fría y muy viscosa....cerebro de mosquito decían los peques.
Lo pasaron genial. Gracias Noemí.
Que chulo
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